Introducción
Desde el inicio hasta el final, la Biblia está impregnada de la figura de Jesucristo. Su presencia no solo se encuentra en el Nuevo Testamento, sino que también es anunciada de manera profética en el Antiguo Testamento.
La Biblia, además de ser un libro histórico que narra los acontecimientos desde la creación de la humanidad, también es un libro profético.
Ninguna otra escritura religiosa contiene tantas profecías específicas como la Biblia, y muchas de ellas encuentran su cumplimiento en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.
En este artículo exploraremos cómo el Antiguo Testamento anticipó la llegada del Mesías y de qué manera Jesucristo es el cumplimiento de estas antiguas predicciones.
La Biblia: Inspirada por Dios y Centrada en Cristo
Dios inspiró la Biblia, que no es solo un conjunto de libros escritos por diferentes autores, sino una revelación divina. En Salmo 119:160 se nos recuerda: “La suma de tu palabra es verdad” 1, lo que nos indica que toda la Escritura debe entenderse como un todo unificado.
A lo largo de la historia, muchas personas han cuestionado y atacado la Biblia, pero su mensaje ha perdurado. La razón de su vigencia radica en su naturaleza divina y en la fidelidad con la que sus profecías se han cumplido.
Profecías del Antiguo Testamento sobre Jesucristo
El Antiguo Testamento contiene numerosas profecías sobre la vida, pasión y resurrección de Jesucristo. De hecho, se han identificado al menos 24 profecías mesiánicas que se cumplieron con exactitud en él.
Estaremos usando como base el artículo “Cristo: El Cumplimiento de la Profecía” de D. James Kennedy 2. En ese articulo Kennedy describe cada uno de los versículos del Antiguo Testamento que profetizan la llegada, la pasión y la resurrección de Jesús.
A continuación, exploramos las profecías:
La Traición de Jesús
- “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar” (Salmo 41:9).
- “Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata” (Zacarías 11:12-13).
La Pasión y Crucifixión
- “Horadaron mis manos y mis pies” (Salmo 22:16).
- “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Salmo 22:1).
- “Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa…” (Salmo 69:4).
- “Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido.” (Salmo 2:2).
- “Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas” (Zacarias 13:7).
- “…nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel” (Miqueas 5:1).
- “Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos” (Isaías 50:6).
- “Todos los que me ven me escarnecen; estiban la boca, menean la cabeza diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele el; sálvele, puesto que en él se complacía”. (Salmo 22:7-8).
- “Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”. (Salmo 69:21).
- “He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas.” (Salmo 22:14).
- “Ciertamente el llevo nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido…” (Isaías 53:4).
- “Angustiado el, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” (Isaías 53:7).
- “Repartieron entre si mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes” (Salmo 22:18).
- “…derramo su vida hasta la muerte…” (Isaías 53:12).
- “…habiendo el llevado el pecado de muchos, y orado por sus transgresores” (Isaías 53:12).
- “…ni quebrantareis hueso suyo” (Éxodo 12:46).
- “…miraran a mí, a quien traspasaron…” (Zacarias 12:10).
- “El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado” (Salmo 34:20).
- “Y dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53:9).
La Resurrección y Exaltación de Cristo
- “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu Santo vea corrupción” (Salmo 16:10).
- “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Salmo 110:1).
- “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios” (Salmo 68:18).
Jesucristo: El Cumplimiento de las Profecías
Siglos antes del nacimiento de Jesús, diferentes autores escribieron estos pasajes proféticos. Los eruditos tradujeron el Antiguo Testamento del hebreo al griego en Alejandría, dando origen a la Biblia Septuaginta aproximadamente 150 años antes de su venida. Esto confirma que estas profecías ya existían antes de que él las cumpliera.
Si la Biblia fuera solo un libro humano, ¿cómo podría explicar tales predicciones exactas?
Esto nos lleva a reconocer la divinidad de las Escrituras y la centralidad de Jesucristo en el plan de Dios para la humanidad.
Reflexión Final
La lectura de la Biblia nos enseña más que historia; nos revela el carácter de Dios, su plan de redención y la promesa de vida eterna para quienes creemos en Jesucristo y lo hemos recibió como nuestro Señor y Salvador.
Si una persona no creyente leyera cada uno de esos versículos, de igual forma sabría de quien o de que se trata cada uno de ellos. Seria imposible no encontrar una conexión con Jesús.
En los siguientes artículos, analizaremos en detalle cada una de estas profecías y su cumplimiento en Jesús, reafirmando así nuestra fe en la Palabra de Dios.
Referencias:
1 “Cristo: El Cumplimiento de la Profecía” de D. James Kennedy
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